Cada día se escuchan más los términos realidad aumentada y realidad virtual, pero ¿sabemos exactamente en qué se diferencian y qué abarca cada uno?
Qué es la realidad aumentada
Empecemos por la realidad aumentada. El fenómeno “Pokemon Go” podría ser el ejemplo más claro para esta tecnología que nos permite localizar y visualizar todo aquello que nos rodea, desde monumentos, paisajes, productos o simplemente restaurantes cercanos.
Al fin y al cabo, la realidad aumentada nos muestra el mundo más enriquecido, mostrando información que por nosotros mismos no somos capaces a ver, combinando la imagen y elementos reales con otros creados por el propio software de la realidad aumentada.
Tan solo usando la cámara de un Smartphone podemos ver un mundo lleno de información totalmente real. Acercando la cámara a un código QR, por ejemplo, podremos ver el producto que anuncia una revista o si por el contrario, enfocamos a un monumento o edificio, gracias a la geolocalización, podremos tener información sobre él en la misma pantalla de nuestro teléfono.
Qué necesitamos para poder disfrutar de la realidad aumentada
✅ Lo primero e imprescindible es un software de realidad aumentada. En él se diseñarán todos los elementos que queremos que se muestren a través de los dispositivos. Desde información relativa a algo en concreto hasta imágenes en 3D.
✅ Otro elemento primordial es una cámara que pueda recoger la imagen del escenario que vamos a visualizar posteriormente.
✅ Un activador. Es el intermediario entre el software y la propia cámara. Se trata de un código que la cámara tendrá que entender para poder procesar el software y poder trasmitir la realidad aumentada. Pueden ser de dos tipos principalmente, mediante un código QR, usado más en libros de texto, o volviendo al ejemplo inicial (Pokemon Go) el sistema de geolocalización.
✅ Por último pero no menos importante pues es tan imprescindible como el resto de elementos, necesitamos una pantalla que nos enseñe toda esta tecnología en tiempo real.
En qué podemos usar la realidad aumentada
Hay dos ámbitos en los que claramente está despuntando está tecnología. Los videojuegos y el turismo.
En el turismo, el sistema de geolocalización puede dar mucho juego, pues permite enfocar cualquier monumento y obtener información sobre él. Por ejemplo, estás dando un paseo por Madrid y enfocas con tu cámara el Palacio Real. Si éste dispone de esta tecnología, tu teléfono te devolverá información sobre el edificio a través de la pantalla de tu teléfono móvil.
Algo menos conocido pero que también empieza a verse, es el uso de realidad aumentada en los coches. A través del parabrisas, nuestro coche nos traslada información acerca de la carretera, velocidad, etc.
Es evidente que no podemos dejar de nombrar a las gafas de realidad aumentada que van abriendo el abanico de posibilidad en cuanto a sus ámbitos de uso, desde información sobre edificios, a negocios o datos sobre la climatización.
Qué es la realidad virtual
Ahora bien, la realidad aumentada puede estar clara, pero ¿y la realidad virtual?
Como ya hemos mencionado anteriormente, se trata de una realidad ficticia donde nos muestran escenarios irreales pero que nos sumerge en ellos hasta sentir que los vivimos de verdad.
Todo esto se consigue con una tecnología y accesorios como pueden ser gafas o cascos de realidad virtual, incluso trajes, mandos o auriculares. Todos ellos nos transmiten estímulos que son los que nos permiten disfrutar de esta experiencia de la realidad virtual.
Al igual que la realidad aumentada, la realidad virtual se empieza a ver extendida en varios ámbitos, especialmente en el sector del entretenimiento y videojuegos y en la educación.
Tipos de realidad virtual
Hay tres tipos claramente diferenciados, la realidad virtual inmersiva, la no inmersiva y la semi-inmersiva.
Realidad inmersiva
En este tipo, el usuario percibe estímulos sensoriales y vive como si fuera real el mundo tridimensional que se le está mostrando.
Esto es posible siempre que se utilicen dispositivos preparados para ello, como guantes, gafas, trajes o cascos.
Gracias a ellos, se obtiene información sobre la posición y rotación del cuerpo, lo que permite que la tecnología utilizada pueda lanzar los estímulos adecuados para vivir esta experiencia.
Realidad no inmersiva
En este caso, toda la experiencia de la realidad virtual la vivimos a través de una pantalla y no de otros elementos como el tipo anterior.
Se utilizan accesorios compatibles con la pantalla, es decir, teclado, ratón o micrófono.
Así, se puede interactuar en tiempo real con personas alejadas de nosotros que en realidad pueden incluso no existir.
Realidad semi-inmersiva o inmersiva de proyección
El último tipo de realidad virtual, requiere de 4 pantallas. Tres de ellas estarán dispuestas en las paredes y la restante en el suelo.
De esta manera el usuario estará rodeado por las pantallas y gracias a unas gafas y un dispositivo que recoja información sobre los movimientos de su cabeza podrá disfrutar de esta experiencia.
Diferencias entre estas tecnologías
Ahora explicaremos las principales diferencias entre la realidad aumentada y la realidad virtual.
Como ya hemos visto, la realidad aumentada incluye información que por nosotros mismos no somos capaces a ver pero siempre dentro de la propia realidad, es decir, usando escenarios reales se incluye otro tipo de información artificial.
En cambio, la realidad virtual nos muestra entornos ficticios que te permite ver a través de su tecnología y dispositivos.
Un caso de los más conocidos, posiblemente sea las gafas de Oculus Rift que se usan principalmente para el ámbito de los videojuegos, permitiendo al jugador sumergirse en una realidad paralela pero que parece de lo más real. No hay que ver como las personas que usan alguna de estas tecnologías llegan incluso a caerse al suelo.
A modo de aclaración, las películas en 3D no pueden considerarse realidad virtual al no poder el usuario interaccionar con ellas. Si por el contrario, no se tratase de un vídeo pregrabado y el usuario pudiese interactuar con movimientos de cabeza, por ejemplo, si podríamos hablar de realidad virtual.
Tampoco podemos confundir la realidad virtual con los vídeos en 360º aunque éstos puedan visualizarse desde unas gafas idénticas a las utilizadas con la otra tecnología. El motivo, similar al caso anterior.
A pesar de que en este caso se irá visualizando el espacio en función del movimiento de la cabeza (similar a un Google Street View), no se le permite al usuario interactuar con la escena.
Después de leer este artículo seguro que ya conoces un poco más las diferencias entre todas estas tecnologías que estando tan en auge es el momento de empezar a explotarlas en tu negocio.
Como siempre, si necesitas ayuda por qué no sabes cómo vender tu tecnología no dudes en contar con la ayuda de profesionales.
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