Más que de sobresaturación de información yo hablaría del agobio de las personas por cómo organizar esa información y poder acceder a la que realmente nos pueda resultar relevante.
Hace años tenía un amigo librero que se leía la sinopsis de todos los libros que entraban en la librería, y me comentaba que no lo hacía para poder decir que los había leído todos, sino para poder llevar a cabo una mejor atención de sus clientes.
Efectivamente la cantidad de información disponible en la red sobre cualquier tema que nos pueda interesar tanto profesional como personalmente es enorme, debido a la universalización de la información y al acceso gratuito. Es verdad también que poco a poco se van aportando herramientas que nos permiten acceder a las fuentes de información de confianza de una manera más o menos estructurada.
Por eso es importante el saber qué información necesitamos, para qué, cuánto y cada cuanto tiempo la necesitaremos utilizar. A partir de ahí utilizaremos aquellas herramientas que se ajusten mejor a nuestras necesidades.
El volumen de información de la red va a ir creciendo exponencialmente, y no se puede adoptar ninguna medida sobre ello, o nos habremos cargado la red como tal. Sí se deben adoptar medidas que faciliten el acceso a las herramientas de gestión del conocimiento, y considero muy importante dentro de la formación de las personas el pleno conocimiento de las mismas.
Estoy convencido de que en un futuro próximo serán más importantes los conocimientos de esas herramientas que nos dan acceso a las fuentes de información que los propios conocimientos del contenido.
Este aspecto es ya muy importante a nivel de empresa, puesto que sobre todo en los ámbitos de desarrollo, innovación y servicios está muy ligado a la productividad.